Una aleación es una mezcla entre dos metales, obtenida por fusión y solidificación de éstos.
Algunas propiedades de los metales, como pueden ser la dureza, la tenacidad o la elasticidad, eran conocidas desde la Antigüedad, pudiendo mediante aleaciones, mejorar nomente sus características.
Entre las aleaciones más frecuentes y conocidas encontramos: el bronce, el acero y el latón.
En las aleaciones a menudo están presentes elementos no metálicos, como pueden ser el carbono y el silicio. Un ejemplo es el acero, que se trata de una aleación de hierro con un contenido variable de carbono, y algunos otros elementos en pequeñas cantidades. La aleación de acero es conocida también desde tiempos antiguos, y se sabe que ya Aristóteles, en el año 384 a.C, describió la manufacturación de un tipo de acero de origen hindú.
El acero es inoxidable, debido a la adición de cromo y níquel, que además le confieren una mayor dureza, pudiendo ser también más tenaz si se le añade manganeso.
La dureza de las aleaciones es mayor que las de los metales puros, por ejemplo, el cobre es un metal blando, pero se endurece al mezclarlo con cinc produciendo el conocido laton