El DÃa de la Bandera que se celebra cada 9 de julio, corresponde a la conmemoración del Combate de La Concepción cuando 77 chilenos, al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto, murieron en un pequeño caserÃo de la sierra peruana, en 1882, durante la Guerra del PacÃfico.
El Combate de la Concepción es considerado por el pueblo chileno, uno de los hechos más dramáticos de la Guerra del PacÃfico. Se desarrolló los dÃas 9 y 10 de julio de 1882 en el pueblo peruano de La Concepción.
La guarnición completa del regimiento Chacabuco, compuesta por 77 jóvenes entre 16 y 18 años, resistió durante dos dÃas el ataque de dos mil soldados peruanos, que tuvo como resultado la muerte de todo el contingente chileno.
La valentÃa demostrada por ese grupo de chilenos, que mantuvo heroicamente alzada nuestra bandera en el combate de la Concepción, hizo que el 9 de julio fuera establecido como el dÃa oficial de nuestro emblema patrio.
Este emblema, que vio caer a sus 77 jóvenes defensores, flameó hasta el final del Combate de La Concepción y quedó como testigo del valor de esos soldados.
La Bandera no sólo sobrevivió al Combate, sino que permaneció izada incluso hasta la retirada de los peruanos, quienes apresuraron su retirada cuando se percataron de la llegada de los refuerzos. El emblema fue guardado por el Coronel Estanislao del Canto. Desde 1982, la Bandera chilena permanece custodiada y en exhibición en la Escuela Militar.
La bandera mide apenas 55 por 38 centÃmetros y está hecha de tres géneros de distinta factura, cada uno de color, los que están cosidos a puntadas minuciosas. Tiene una estrella blanca trazada sin mucha simetrÃa, con mostacillas brillantes en cada una de sus puntas.
El Coronel Estanislao del Canto la entregó a su amigo Manuel José Correa para que la hiciera llegar a la Municipalidad de Curicó, la primera ciudad que rindió homenajes públicos a los héroes. Sin embargo, fue el Capitán retirado Nicanor Molinares quien se quedó con su custodia, permaneciendo en el seno de sus descendientes hasta 1982, cuando, por una feliz coincidencia, conversaron un dÃa el General Claudio López Silva con Ruperto Vargas.
Este último le contó que su familia guardaba la bandera chilena que habÃa flameado durante el combate. En julio de 1982, la Escuela Militar se constituyó en depositaria del glorioso emblema.